Para
el desarrollo de una carrera de orientación a pie no es necesario ningún equipo
específico aparte de la brújula, ya que el mapa y la hoja de descripción de
controles han de ser suministradas al corredor por parte de la organización.
Esto hace de la orientación un deporte sencillo de practicar y al alcance de
todos.
No
obstante la exigencia de las pruebas puede variar mucho por la complejidad, la
dureza del terreno, la vegetación y el ritmo exigido en competición. Por ello
el orientador tiende a buscar elementos que le proporcionen seguridad y
protección.
Seguridad
en cuanto a la ejecución de la carrera. El corredor busca obtener un rumbo lo más
preciso posible; no perder la tarjeta que acredita su paso por los controles;
ganar tiempo a la hora de consultar la información de que dispone; etc.
Protección
en cuanto a la dureza de la prueba. Se protege frente a la vegetación, los
impactos, los terrenos resbaladizos, etc.
Se
muestra a continuación (sin intención propagandística) una serie de
instrumentos que forman el equipo del orientador. Existen no obstante muchos
otros productos que pueden servir al orientador pero no se pretende hacer un
catálogo completo.
Hay
una amplia variedad de brújulas en el mercado pero la brújula del orientador
debe ser sobre todo rápida en su posicionamiento de la aguja. Hay dos tipos
básicos con múltiples variantes: La brújula normal y la de dedo. El
funcionamiento de cualquier brújula es el mismo pero la de dedo se ha pensado
específicamente para el orientador ya que se fija al dedo pulgar ahorrando
tiempo en la obtención de un rumbo.
En
una carrera, son varios los elementos que el corredor debe tener a mano para
obtener en el menor tiempo posible la información que necesita: mapa,
descripción de controles, tarjeta de control (en su caso). Para ello, debe
llevarlos en la mano con el consiguiente riesgo de perderlos o de no tenerlos
visibles todos a la vez.
En este sentido son de gran ayuda las fundas
de tarjeta de control y de descripción de controles que aparte de fijarlas al
brazo del corredor evitando así su posible caída, permiten su rápida consulta
optimizando de esta forma el tiempo.
Los
elementos de protección pertenecen sobre todo a lo que podríamos denominar
vestimenta del orientador. La ropa ha de ser resistente a desgarros,
transpirable y ligera. Normalmente, tanto la camisola como el pantalón suelen
ser de manga larga protegiendo al corredor de los continuos roces con la
vegetación.
Pero
si hay una parte del cuerpo que se ve más expuesta que el resto a posibles golpes,
roces o lesiones, esa es la pierna, sobre todo el tobillo y la espinilla. Por
eso uno de los elementos más habituales en el equipo del orientador son las
polainas que protegen la pierna por debajo de la rodilla mediante una
superficie más rígida que el resto. También existen determinados tipos de
medias gruesas que realizan la misma función.
La
mayoría de las lesiones producidas en carreras de orientación, son producidas
por la irregularidad o condiciones deslizantes del terreno. Por ello el calzado
y la protección del tobillo son esenciales en este deporte. Aunque existen
zapatillas específicas de orientación, lo esencial en el calzado del corredor
es que reúna una serie de condiciones tales como: comodidad, suela
antideslizante y de buen agarre en todo tipo de terreno y protección en la zona
del tobillo. Para proteger el tobillo muchos corredores utilizan vendajes o
tobilleras internas.