La técnica de
orientación más simple consiste en orientar el mapa al terreno en el que nos
encontramos en función de los caminos y diferentes referencias geográficas o
físicas que aparecen en el lugar.
Después nos
desplazamos en la dirección deseada hasta llegar a nuestra meta.
Esta técnica tan
simple es la base de la carrera de orientación y es obviamente empleada por los
mejores competidores de este deporte.
En el caso de carecer
el terreno de las apropiadas referencias
físicas o geográficas, necesitaremos una brújula para orientar el mapa. Esto es
muy simple también.
Basta con girar el
mapa hasta que sus meridianos (líneas paralelas Norte-Sur) coincidan
paralelamente con la aguja de la brújula de tal forma que el Norte de los meridianos
del mapa apunten al mismo Norte de la aguja de la brújula, la cual, siendo
magnética, invariablemente señala la línea Norte-Sur.
En este caso concreto
nos sirve cualquier tipo de brújula, ya sea redonda, montada sobre una regla o
la pequeña que se sujeta con el pulgar solamente. (Lo ideal sería montar la
aguja magnética aislada y directamente sobre nuestro pulgar).
Libro de Martin Klonlund